Julio Cortázar habla de Último Round
Si “La vuelta al día” llevó a decir a muchísimos críticos que se trataba de
una “obra menor” (con esa especie de autozarpazo vicario que se pretende provocar
en el autor-mayor bruscamente degradado por el mismo autor-menor, en un acto
que participa de la autofagia, el masoquismo y otras agresiones), imagínate lo
que se podrá decir de un nuevo libro que no tiene en cuenta para nada tan
aleccionante advertencia. Por supuesto, detrás de esta noción de obras
“mayores” y “menores” se esconde la persistencia de un subdesarrollo
intelectual.
Todavía no hemos conseguido liquidar del todo la noción de que una
obra (¡huna hobra, doctor!) tiene que ser “seria”; es inútil que una nueva
generación de lectores les demuestre diariamente a los magísteres de la crítica
pontificia que sus tablas de valores están apolilladas, y que la “seriedad” no
se mide por cánones que huelen de lejos a un humanismo esclerosado y reaccionario.
Mientras la nueva generación elige resueltamente a sus autores, prescindiendo
con una espléndida insolencia de los dictámenes que emanan de las altas
cátedras, los titulares de estos venerables mausoleos siguen hablando de
géneros, de estilos, de contenidos y de formas como si las grandes novedades
bibliográficas de las últimas semanas fueran “La montaña mágica” o “Canaima”.
Vos dirás que exagero, y por supuesto que exagero porque para llegar a una
esquina siempre conviene mirar un poco más lejos y entonces la esquina te queda
ahí no más cerquita. (…) En todo caso ya verás que este libro será agredido por
la Seriedad y la Profundidad y la Responsabilidad, todas esas gordas que se
tiran a los ojos con las agujas de tejer. Qué querés, eso viene de nuestro
pecado original: la falta de humor.
“Cortázar cuenta su round final”. Entrevista de
Arnaldo Orfila a Julio Cortázar en la revista Panorama, nº 136, 2 de diciembre
de 1.969.
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