Cuando
el catedrático doctor Lastra tomó la palabra, ésta le zampó un mordisco de los
que te dejan la mano hecha moco. Al igual que más de cuatro, el doctor Lastra
no sabía que para tomar la palabra hay que estar bien seguro de sujetarla por
la piel del pescuezo si, por ejemplo, se trata de la palabra ola, pero que a queja hay que tomarla por las patas,
mientras que asa exige pasar
delicadamente los dedos por debajo como cuando se blande una tostada antes de
untarle la manteca con vivaz ajetreo.
¿Qué diremos de ajetreo? Que se requieren las
dos manos, una por arriba y otra por abajo, como quien sostiene a un bebé de
pocos días, a fin de evitar las vehementes sacudidas a que ambos son proclives.
¿Y proclive, ya que estamos? Se la
agarra por arriba como a un rabanito, pero con todos los dedos porque es
pesadísima. ¿Y pesadísima?
De abajo, como quien
empuña una matraca. ¿Y matraca? Por arriba, como una balanza de feria. Yo creo que
ahora usted puede seguir adelante, doctor Lastra.
Julio Cortázar, Último round (Tomo II), Siglo XXI, Madrid, 2009 (1969), p.150.
Hola, mi nombre es Adrian, quiero comprar el libro Último round de cortazar, vi en dos librerías, ediciones diferentes, una de Siglo XXI en dos volúmenes y otra de RM editores en un solo volumen, ¿es este último completo?, ¿hay diferencias sustanciales entre los dos? Saludos cordiales.
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